Reflexiones Experimentales

Sumergido en el aire, como un buzo con pies de plomo, 
me muevo por el fondo de este mar de oxígeno. 
El aire es otro océano, pero con distinta densidad.
Acaricia con su brisa, golpea y azota según su antojo,
mientras silba cantando viejas canciones siempre distintas.
Inmerso entre sus corrientes me muevo con torpeza,
demasiado pesado, lento...
...mientras sobre mi cabeza los pájaros nadan,
e inmensos navíos surcan el cielo navegando sobre sus alas.
(Xuxo Fernández 2009)








El océano,
enfurecido por el azote del viento,
pagó contra la costa todo su enfado,
y yo, desde allí, desde la roca
me di cuenta de que, el mar,
con toda su terrible rabia,
nada podía hacer contra el viento,
y en su ayuda vino el rayo,
provocando la tormenta
que convirtió el cielo en otro océano.
Ruge el mar en La Roca Negra,
un frio lecho para la calmada niebla.
La furia del agua rompiendo la piedra,
escupiendo su sal sobre la roca yerma.

Vaite a modo mariñeiro,
hoxe non volan as gavitas…

(Xuxo Fernández 2007)


 


*

Yo,
sitiado por el tiempo 
perdido en la esperanza
sumido en mí,
he aprendido el valor del momento
la esencia de la vida
la lucha de ser y seguir siendo
inmerso en un presente continuo
sin principio ni fin.
(Xuxo Fernández 2002)

*

Vivía una vez un hombre en una cueva en lo más alto de una gran montaña. Apartado de todo, sólo convivía con lagartijas y pájaros. En la soledad transcurría su vida hasta que un día apareció por allí un anciano con aspecto de sabio. El viejo se acercó al hombre que permanecía sentado, con la mirada en el horizonte sin inmutarse, y viendo que no le hacía el menor caso, intrigado le dijo:
"¡Hola, buen hombre! ¿Que haces aquí mirando el horizonte? ¿Es que no sientes curiosidad por ver quien a ti se acerca, que ni siquiera giras tu cabeza ni te dignas en mirarme?"
El hombre con sus ojos fijos en la distancia contestó pausadamente:
"Llevo años aquí contemplando estas montañas, los valles y el transcurrir de los ríos, del sol, las nubes y las estrellas... Y en todo este tiempo he visto y sigo viendo el sutil pero constante cambio del mundo. No pensarás que voy a perdérmelo tan sólo por mirarte..."
(Xuxo Fernández 2005)

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